Antonio Vallejo-Nájera Lobón el Mengele español
Durante la Guerra Civil que asolo este país, y la dictadura
genocida que se impuso después por el genocida Franco, existió un
demente/monstruo que la historia oficial intenta/intento ocultar; Antonio
Vallejo-Nájera (1889-1960). Es un ferviente seguidor del médico nazi Josef
Mengele, esto le lleva a la alucinación/obsesión de intentar demostrar que el
marxismo es una enfermedad mental y a la búsqueda del “gen rojo”. Para demostrar semejantes barbaridades tortura a hombres
y mujeres, además secuestra a cientos de bebes de sus padres republicanos y se
los entrega a familias muy próximas a el régimen genocida
franquista/fascista/nazista.
El poder que le otorga el régimen genocida le
permite negar a los padres el registro del nacimiento de los hijos ocurridos en
las prisiones, incluso cambiar los apellidos de los/as niños/as secuestrados/robados.
Seguidor del nazismo alemán organizó un Gabinete de Investigación Psicológica
del Ejército inspirada en la Ahnenerbe nazi
creada por Heinrich Himmler. También quiso crear/retornar la inquisición.
En 1938 dirige un “estudio” sobre prisioneros republicanos,
utiliza cinco grupos de presos; uno con 297 miembros de las Brigadas
Internacionales, otro con 50 mujeres, el tercero de presos políticos españoles,
el cuarto de separatistas vascos y el quinto de marxistas catalanes. Con ellos
experimenta/mortifica un programa de educación política que pretende “rehabilitar”
a los reos para que puedan incorporarse al ejército franquista. La terapiaelectroconvulsiva o electroshock, escuchar misa, desfilar, cantar himnos
franquistas/fascistas, entre otras acciones, son parte del programa de rehabilitación
que el coronel Vallejo-Nájera impone a los prisioneros.
En la dictadura genocida que vino después es una de las caras
más representativas de la represión franquista, en los años 1940/1941 se
publican en el BOE unas leyes que le dan total libertad para llevar a cabo sus
ideas. El pensamiento eugenista nazi se propaga ampliamente con las tesis de este
demente por todo el territorio español, siempre bajo la condición que el
marxismo es una enfermedad mental propia de “intelectuales débiles, moralmente despreciables”. Mientras tanto,
el instruido psiquiatra Bartolomé Llopis (1905-1966) es condenado a la exclusión
de su profesión, por motivos ideológicos, teniendo que trabajar de acomodador
de cine, traductor de alemán, telegrafista,...,
Sus ideas pseudocientíficas le llevan a escribir/decir que “Los marxistas aspiran al comunismo y a la
igualdad de clases a causa de su inferioridad, de la que seguramente tiene
conciencia, y por ello se consideran incapaces de prosperar mediante el trabajo
y el esfuerzo personal. Si quieren igualdad de clases no es por el afán de
superase, sino de que desciendan a su nivel aquellos que poseen un puesto
social destacado, sea adquirido o heredado”, "La perversidad de los regímenes democráticos favorecedores del
resentimiento promociona a los fracasados sociales con políticas públicas, a
diferencia de lo que sucede con los regímenes aristocráticos donde sólo
triunfan socialmente los mejores".
Es curioso que después de casi cuarenta años de la desaparición
del franquismo nadie, ni Academias o instituciones, muestre la verdadera faz de
este “médico loco” causante de tanto dolor/horror durante su vida. La falsa
“modélica” Transición española se encargo de maquillar todo el horror que
cometió este desequilibrado en busca de una pureza de la raza española. La Constitución
de 1978 le ha evitado, a él y sus descendientes, de la marca de la inmoralidad
en los hechos cometidos en su mezquina vida.
Es una aberración la actitud mantenida por los distintos gobiernos de no condenar e ilegalizar al franquismo y todas sus monstruosidades. Los descendientes de aquellos asesinos disfrutan de dignidades que no merecen, prueba de ello es la cantidad de calles, monumentos, etc. Que hay todavía exaltando aquella época.
ResponderEliminarEn cuanto a él zumbado del que hablas en el post, su nieta, hace poco que acaba de publicar un libro siguiendo la estela que su abuelo comenzó con la publicación de “Locos egregios”, y que su padre después siguió, con la siguiente dedicatoria…Con este libro rindo tributo a mi padre y abuelo; ambos médicos psiquiatras, escritores y excepcionales maestros en el arte de disfrutar aprendiendo y gozar enseñando. Continúo la serie “Locos egregios” que iniciase mi abuelo Antonio y continuase mi padre José Antonio. Es, de alguna manera, el tercero de la saga escrito por un miembro de la tercera generación… con semejante reflexión, pienso, que está más clara la existencia del “gen del doctor chiflado” que la del “gen rojo”, y que además, se trasmite de generación en generación.
Por desgracia, así es, hasta que no se condene el terror y el horror que el franquismo/fascismo/nazismo cometió, y con ello a sus herederos, como ocurrió con los nazis en el juicio de Núremberg, no habrá justicia.
EliminarGracias por comentar, un saludo.