Alternativa Sociales
Según el sociólogo italiano Marco Marchioni, es de vital trascendencia
implantar una nueva forma de trato entre los administradores de lo público y
los ciudadanos, usando métodos que promuevan los lazos entre las partes de la
comunidad, fomenten los espacios públicos y la solución de inconvenientes con
recursos propios. Con este propósito nació en 2005 el Instituto Marco Marchioni
que desarrollo planes de fortalecimiento de redes comunitarias en varias
ciudades españolas como Avilés, Badajoz, Elche o Gran Canaria. Lo malo, es que
tras años de buen funcionamiento desarrollando proyectos de participación
ciudadana y democratización de las bases, han dejado de recibir recursos
públicos con el estallido de esta estafa/crisis.
La mejor manera de promover la colaboración es mediante la “aportación
de vida” a los espacios públicos para que estos NO sean lugar de paso,
sino, lugares de encuentro para que “favorezcan
el conocimiento entre personas, grupos, colectivos, instituciones, comunidades,
pueblos y culturas desde la comunicación y la empatía, favoreciendo a creación
de respuestas participadas” y “la participación activa y consciente de la
ciudadanía es el elemento clave del futuro, el único que puede asegurar la
sostenibilidad en sentido global y general, garantizando la posibilidad de
seguir luchando para una sociedad que permita un cierto equilibrio y una real
paridad de oportunidades”, cuenta Marco Marchioni.
La solución que propone Augusto Klappenbach escritor,
profesor y filósofo español, es “una educación pública, plural y
multicultural, en la que el alumno va encontrar la diversidad de ideologías y
pensamientos que existen”, y que, “la única via que conozco es educar mentes
críticas. Si un adolescente puede hacer un análisis crítico de un texto de
Platón, estará preparado mañana para hacer frente a una ideología dominante
injusta”, afirma.
Aparte de la actividad política y la acción democrática,
existe una reivindicación de los grupos alternativos, en la que se apuesta por
un modelo agrícola y alimentario sostenible frente al tipo agroindustrial. Este
movimiento engloba desde agricultores tradicionales asociados en comunidades,
hasta el movimiento internacional La Vía Campesina que integra asociaciones de
todo el mundo y que desde la década de los años 90 del siglo pasado demanda la
soberanía alimentaria
La verdad es que cada vez hay más acciones/iniciativas que reclaman una agricultura tradicional, ecológica y próxima. Una prueba de ello son la asociación gaditana La Borraja que busca una forma responsable del consumo y más justicia en los beneficios del agricultor, y la Coordinadora Catalana d´Organitzacions de Consumidors de Productes Ecologics que agrupa 20 asociaciones de consumo. Otras alternativas al sistema son posibles.
Bibliografía
¿El fin de la historia? Hay vida más allá del sistema,
articulo de Alejandro Torrus en la revista Números Rojos nº 4 (Seguimos en la
brecha)
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