miércoles, 27 de marzo de 2013

Salud/Sanidad Cáncer de próstata


Cáncer de próstata 


El cáncer de próstata es bastante habitual, sin embargo, su causa exacta se desconoce. La próstata, del tamaño de una nuez, se encuentra debajo de la vejiga, rodeando a la uretra y es la glándula sexual encargada de producir el líquido seminal -esperma/semen-, su evolución es muy lenta. El cáncer se produce cuando algunas células prostáticas mutan/varían y empiezan a multiplicarse descontroladamente, pudiendo llegar a otras partes del cuerpo, como los huesos y los ganglios linfáticos causando una metástasis. Esta dolencia puede causar  una micción difícil, dolor, disfunción eréctil,…, entre otros síntomas. El examen de muestras de tejido prostático revela que se encuentra cáncer en el 50 por ciento de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90 años. Es el segundo tipo de cáncer más común en hombres con aproximadamente 680.000 casos nuevos al año en todo el mundo. Sin embargo, muchos hombres que desarrollan cáncer de próstata nunca tienen síntomas, ni son sometidos a terapia. La detección se lleva a cabo principalmente por la prueba en sangre del antígeno prostático específico, llamado PSA -acrónimo inglés de prostate-specific antigen- o por exploración física de la glándula prostática -tacto rectal-.       


En las observaciones epidemiológicas se han observado cuatro causas principales;

Factor genético: Hay ciertas conjeturas que implican a elementos genéticos en la causa del cáncer, aunque, es muy difícil separar dichos factores de las causas ambientales. La existencia de un gen especifico en el cromosoma 1 o gen HPC-1 aumenta la posibilidad de contraerlo, según se desprende de estudios genéticos.

Factor hormonal: Algunos estudios sugieren que los factores hormonales pueden tener relevancia en el desarrollo de los tumores; la cuestión de que el cáncer prostático pueda ser provocado en roedores a través del suministro continúo de estrógenos y andrógenos (hormonas), su dependencia de las hormonas masculinas en la mayoría de los casos, el hecho de que no aparece en los eunucos y la asociación frecuente de cáncer prostático con aéreas de atrofia prostática esclerótica, indican una correspondencia.  

Factor ambiental: Según estudios realizados en los emigrantes llegados de regiones con una tasa de baja incidencia a zonas de alta incidencia de cáncer prostático mantienen una pequeña incidencia durante la primera generación, después, mantienen una incidencia media. Se han reconocido que diferentes elementos ambientales pueden ayudar a la aparición del cáncer prostático; Una dieta alta en grasas animales, la exposición a los humos de escape de los coches, la polución del aire, el cadmio, los fertilizantes y las sustancias químicas de las industrias de pintura, imprenta, naval y goma.  

Factor infeccioso: Se considera/estima que los factores infecciosos transmitidos por vía sexual pueden llegar a causar un tumor prostático, pero en la práctica, los estudios virológicos, epidemiológicos e inmunológicos han dado resultados contrarios. Los estudios epidémicos insinúan que la promiscuidad sexual, la frecuencia de realización del acto sexual, la relación con prostitutas, la iniciación temprana de la actividad sexual y un caso previo de enfermedad de transmisión sexual pueden aumentar el riesgo de padecerlo. Por el contrario, otros estudios, sugieren que existe mayor riesgo de sufrirlo con una represión de la actividad sexual, un comienzo tardío de la actividad sexual y un cese prematuro de la actividad sexual. Además, algunos trabajos demuestran un mayor riesgo en pacientes que nunca estuvieron casados.  

Las sintomatologías de la dolencia pueden tardar en manifestarse, incluso años. Por este motivo, es muy importante, que las personas que tienen posibilidades de contraer la enfermedad se sometan a exámenes médicos de forma frecuente. Por lo general, pasado un tiempo el cáncer se puede revelar mediante cambios en la función de orinar -efectuarlo de forma muy frecuente, incapacidad para hacerlo, sentir dolor o padecer incontinencia-. Junto con estos síntomas, el paciente puede padecer un dolor frecuente en la parte baja de la espalda, tener una vida sexual problemática e incluso expulsar sangre en la orina o en el semen. No obstante, estas alteraciones físicas no siempre implican la existencia de cáncer.

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